lunes, 17 de junio de 2013

LOS ESCRITORES INDEPENDIENTES

A un lector cualquiera, no conocedor del complicado mundo editorial, lo primero que se le ocurre preguntar ante el fenómeno de los escritores independientes es ¿independientes de qué? Tal vez esté más familiarizado con el mundo de la música o el cine independientes, ambos alusivos a un tipo de arte que se crea y se exhibe fuera de los circuitos habituales, y ajeno por tanto a las productoras comerciales. Se trata en ambos casos de obras de estilo emergente, renovador, y por eso mismo rechazadas por las grandes productoras dada su difícil comercialización. Lo que mueve a estos autores músicos o cineastas independientes es desarrollar un estilo y vocación propios o de grupo que se sale fuera de los parámetros y etiquetas de los géneros reconocidos.

Estos movimientos han existido siempre y a ellos se debe la renovación de la cultura. Cuando los nuevos estilos triunfan, son asimilados e incorporados a los circuitos comerciales tradicionales.

Con las facilidades de edición y difusión que proporcionan las actuales redes digitales, estos mundos “underground” son más visibles, y facilitan el acceso a las productoras convencionales una vez que demuestran una buena aceptación por el público del medio digital.

En el caso de la literatura, sin embargo, parece que la aparición de un movimiento de escritores independientes no se corresponde a nuevos géneros o estilos de difícil comercialización, sino al deseo frustrado de multitud de escritores que no consiguen acceso a las editoriales. Hay un exceso de oferta de autores, por decirlo así, y se encauza hacia la autoedición y divulgación digital de las obras. Este parece ser el objetivo más frecuentes de la gran masa de escritores independientes, que se conforman con salir a la luz sin grandes pretensiones económicas. En general, no se ve en ellos una renovación de estilos ni géneros, sino la simple emulación de los reconocidos, de los best-sellers.

Así que para concluir esta pequeña reflexión, pienso que la literatura, dada su simplicidad de ejecución, ha acaparado el interés de una gran parte de la población con inquietudes creativas, cuyo primer objetivo consiste simplemente en instalarse en el medio, sin más ambiciones que conseguir algunos lectores y de esa manera cierto reconocimiento. Y por ello cabría definirla como literatura comercial independiente, o quizás como literatura pre-comercial, a la espera de dar el gran salto a lo comercial. Lo que pase en el futuro cercano no está del todo claro, pero existe el peligro de que  lo comercial acabe asimilando lo mejor de lo digital y continúe acallando la innovación y la creatividad, a no ser que vayan apareciendo círculos amplios de lectores exigentes que rechacen la literatura como artículo de consumo de masas, como cultura de entretenimiento. La aparición de un movimiento literario innovador es más fácil que surja entre los escritores independientes, en los abundan aquellos que escriben por amor al arte, movidos por la pasión de escribir.

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