domingo, 1 de septiembre de 2013

SIRIA: LA GUERRA DE OBAMA

Al premio nobel de la paz Barak Obama se le está poniendo últimamente cara de circunstancias debido a su intención de intervenir en la guerra de Siria. El premio se lo dieron a título previo, para que fuese un promotor de la paz en los escenarios internacionales en conflicto, y no como sus antecesores en el cargo, que protagonizaron sangrientas guerras que nunca trajeron la paz ni alcanzaron los objetivos previstos: Vietnam, Afganistán o Irak, por citar las más sonadas. Pero es que en materia de guerra, los presidentes americanos sólo ponen la cara ya que detrás hay todo un entramado de intereses políticos y económicos nacionales que les trascienden y les obligan. Dura labor de presidente esta de tener que poner cara de circunstancias, de ser actor a pesar suyo, de mentir a su nación y al mundo esgrimiendo motivaciones morales y humanitarias que encubren las verdaderas razones. Es el peso del cargo. Lo tomas o lo dejas. También te ha tocado una guerra, Obama.

Dicen que en Siria el ejército ha usado armas químicas, y todas las televisiones de Europa y América exhiben dramáticas fotos de hombres, mujeres y niños abatidos por ellas. Pero hay quien dice que el origen de las fotos es dudoso, así como el número de víctimas. Y lo más dudoso es el bando autor. Parece al menos extraño que el ejército sirio, que está venciendo a las guerrillas opositoras y que cuenta con un armamento potente, se vea necesitado de usar armas químicas, más propio de un bando que lucha a la desesperada o de ocultas maniobras de terceros para provocar la intervención internacional. En Irak también se justificó la invasión por la supuesta existencia de armas de destrucción masiva que nunca aparecieron.

La muerte en la guerra siempre es dramática, sea con armas químicas o no, y hasta ahora han muerto 100.000 personas en Siria en los dos años que llevan de guerra, amén de dos millones de desplazados de los que la mitad son niños. Pero eso no parece ser suficientemente dramático para EEUU frente a un episodio de empleo de armas químicas, prohibidas en la mayoría de los países aunque no en Siria. Parece que los americanos ya han olvidado que ellos las usaron con profusión en Vietnam, y hace poco en Irak. ¿Deberían ser juzgados internacionalmente por ello?

La realidad es que el episodio de las armas químicas es el pretexto para la intervención en el conflicto por razones estratégicas en Oriente Medio. La política de EEUU en la zona parece basarse en la atomización de los núcleos de poder, de manera que no se configuren potencias que tengan demasiada influencia y control sobre el territorio y sus ricos recursos energéticos, llave del desarrollo industrial y económico de Occidente. Sumiendo en el caos a los países más relevantes, se garantiza la necesidad de llegar a acuerdos y negociaciones en los que EEUU puede intervenir de manera decisiva para sus intereses. Y lo que no parece importarles es el ingente coste en vidas humanas y el desastre económico y social en que dejan durante muchos años a esos países sumidos en la guerra civil. Después de todo, serán buenos clientes en la compra de armamento.

La moral de doble rasero sombrea el gesto y blanquea aún más las incipientes canas de Obama, aunque es claro para algunos que en el mundo hay buenos y malos, y hay cosas que a los malos no se les pueden permitir.

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