Todos nos hemos cabreado un montón al comprobar que
se ha estropeado el móvil que compramos hace un año escasamente, o hemos
jurado en hebreo cuando nuestro ordenador de última generación se ve
vergonzosamente superado por una nueva tecnología que multiplica las
prestaciones. Son los dos modelos típicos de lo que ha venido en llamarse
obsolescencia programada. ¡Estas cosas no pasaban antes! –gritan nuestros
mayores, añadiendo que una nevera duraba veinte años sin problemas-. Y este
fenómeno de la obsolescencia rápida es general, cualquiera que sea el aparato
que consideremos. Pero lo aparentemente grave es que no se trata de una
fabricación chapucera, de bajo coste y mínimo control de calidad, sino que es
intencionada para que las cosas no duren. El caso más ilustrativo y antiguo son
las bombillas, cuya vida media no llega hoy, sistemáticamente, al año. Sin
embargo, una bombilla instalada en 1901 en un parque de bomberos de Connecticut
ha estado luciendo ininterrumpidamente hasta hoy, siendo objeto de celebraciones
en su centenario de vida. Lo que ha sucedido es que a partir de la Gran
Depresión de los años treinta, los fabricantes llegaron al acuerdo de fabricar
bombillas de vida limitada para que aumentara el consumo de bombillas. La
ecuación es bien sencilla: a más necesidad de consumo, más producción, más
empleo en las fábricas, más impuestos para el Estado, que puede abordar obras
públicas, etc. El crecimiento parecía asegurado, y el secreto era aumentar el
consumo. Esta estrategia económica, que parecía haberse olvidado después de la
depresión, salvo en la producción de las bombillas, que siempre ha perdurado,
ha resurgido con fuerza en todo el mercado de productos al calor del sistema
económico neoliberal que sufrimos en nuestros días, basado en un crecimiento
continuo desmesurado que engorda el bolsillo del empresario y del capital, a la
vez que garantiza trabajo a una gran masa de población laboral cada vez con más
reivindicaciones económicas. El sistema neoliberal se sustenta en tres pilares:
publicidad, que crea de manera incesante necesidades de consumo indiscriminadas
como medida de la prosperidad y satisfacción individual, hasta el punto de que
muchas personas se autodefinen como “consumidores” en vez de simplemente como
personas; el crédito, que permite comprar
a costa de endeudarse hacia el futuro; y el trabajo intensivo y esclavo
para poder reintegrar los préstamos adquiridos. Parodiando el esquema, se
podría decir que nos obligan a trabajar para pagar cosas que hemos comprado sin
necesitarlas, movidos por el engaño de la
publicidad. Pero así está la cosa, y el pretender abandonar el sistema de golpe
se traduciría en quiebra general, en desempleo masivo, en colapso social.
La caducidad programada se revela pues como el motor
secreto de nuestro sistema económico, sin la cual dejaría de funcionar. Y uno
se pregunta si esto sería válido para cualquier otro sistema, por ejemplo un
sistema orgánico. Tenemos una vida media limitada, alrededor de los noventa
años si no intervienen enfermedades que la acorten. Pero sorprendentemente esto
no es un hecho necesario, y resulta que hay una programación biológica llamada
“apoptosis” que hace que nuestras células mueran en un plazo fijado, a pesar de
que podían seguir viviendo mucho más. Existe una especie de reloj biológico
semejante al chip que tienen muchas impresoras de ordenador, que va contando la
actividad de la máquina para inducir un fallo general al llegar a su límite programado. Nuestro
reloj biológico va contando nuestra existencia, y se ha desarrollado por
evolución para servir a las necesidades de la especie. Es decir, que es bueno
para la especie que los individuos no vivan más de noventa años. ¡Nuestra
especie es pues como el sistema económico neoliberal, vaya chasco! No en vano
el precepto económico básico liberal es dejar hacer al mercado, sin
condicionarle, de manera que él mismo se ajuste para que progrese. La ley de la
evolución aplicada al sistema económico, vamos. ¡Estamos bien, pillados por
todas partes!
Muy buen tema, Jesús.
ResponderEliminarTe felicito!
En su día descubrí un video de youtube sobre este tema que me impresionó.
http://www.youtube.com/watch?v=3pb7HOfp8PU&feature=related